Ser parte de La Anónima

Patricia Turina
La Anónima me fue abriendo puertas
Patricia Turina ingresó por un puesto temporario pero logró quedarse en la empresa. A los 45 años decidió estudiar en la universidad y hoy se desempeña como profesional en el área de Seguridad, Higiene y Medio Ambiente. Un ejemplo de esfuerzo y constancia.
¿Cómo fue tu ingreso a La Anónima?
En 1998, por medio de una agencia de trabajo: me tomaron para cubrir el reemplazo de una secretaria en Dirección General. Luego me ofrecieron trabajar en el área de Recursos Humanos y un año después me dieron la responsabilidad de hacerme cargo del sector de Servicios Generales.
En 2005, a los 45 años, cuando mis hijas ya no dependían tanto de mí (Aldana tenía 15 años y Mailén, 13), decidí volver a estudiar.
¿Por qué elegiste la carrera de Seguridad e Higiene?
Fue muy motivador Pablo Gianella, porque confiaba mucho en mis capacidades y me estimulaba para que no me conformara con lo que tenía sino que proyectara mi vida laboral; y Julio Larrouy, que en ese tiempo era mi compañero de escritorio.
Todo lo que contaba que estaba haciendo me entusiasmaba y gracias a él descubrí que Seguridad e Higiene implica un trabajo social, orientado al cuidado de las personas, la prevención y la docencia. Primero estudié en el Instituto Argentino de Seguridad (IAS) y luego hice la Licenciatura en la Universidad en Morón.
¿Fue difícil volver a los libros y las carpetas?
Antes de empezar tenía mucho temor, palabras como “álgebra” o “análisis matemático” me daban pánico. ¡No estudiaba desde 1977, cuando egresé del secundario! Pero una vez que adquirí ritmo y constancia, empecé a confiar. Además contaba con la ayuda de mis compañeros de estudio: armamos un grupo de ocho adultos y todos pudimos terminar. Los días de semana me levantaba a las 6 de la mañana para cocinar, iba a la panadería para que mis hijas tuvieran el pan fresco para desayunar, después iba a trabajar y de allí a estudiar hasta las once de la noche. Los sábados también cursaba y además tenía que hacer mil cosas para mantener el orden de la familia... fueron años de mucho sacrificio pero muy positivos, y a los 49 años me recibí.
¿Qué opinaban tus hijas?
Estaban muy contentas que su mamá hubiera decidido estudiar de grande. Yo no me lo había propuesto, pero sin darme cuenta fui un ejemplo de que nunca es tarde para estudiar o para seguir nutriéndose. Cuando me recibí, descubrí por sus comentarios que para ellas era motivo de orgullo. Ahora Aldana estudia Derecho y Mailén, Artes Visuales.
¿Cuándo te incorporaste al sector de Higiene, Seguridad y Medio Ambiente de La Anónima?
Me dieron la posibilidad a fines de 2009. En la actualidad, además de las tareas que realizo dentro de Dirección General, soy Jefa de Higiene y Seguridad de dos zonas, Santa Cruz Norte y Comodoro Rivadavia, así que viajo bastante para las auditorías, las capacitaciones y la necesidad de resolución de conflictos que se presenten.
¿Cuál es tu balance de estos 15 años?
Si tuviera que resumirlos en una frase, diría que en todo momento La Anónima me fue abriendo puertas. Primero me dieron un empleo estable teniendo dos hijas, confiaron en mí para que me haga cargo de un sector, y me respaldaron cuando decidí estudiar una carrera. A todo nivel sentí que las posibilidades fueron muchas y desde que entré me sentí como en un segundo hogar. Y lo fundamental es que todo se fue dando en un muy buen clima de trabajo, que para mí es indispensable.
¿Qué le dirías a los que ingresan a la empresa?
Que sigan capacitándose y aprendiendo cosas nuevas. Que acepten los desafíos, que no se instalen en la queja ni en la crítica, que primero se miren a sí mismos y actúen de forma positiva. Los ascensos llegan después.