Ser parte de La Anónima

Lorena Briceño
En todas las sucursales encontré respeto y compañerismo
Lorena Briceño ingresó a la Compañía como cajera a los 20 años. Con perseverancia y compromiso fue creciendo laboralmente y hoy, a los 37, es la Gerente de la Sucursal 74 de Río Grande, su ciudad natal.
¿Cuándo ingresaste en La Anónima?
Fue en noviembre de 1995, buscando mi independencia económica. Entré como Cajera part time para la temporada de verano en la Sucursal 35, y por suerte, tres meses después, quedé efectiva. ¡Qué alegría tenía ese día! Sobre todo cuando se lo conté a mi papá: estaba muy orgulloso.¿Cómo recordás tu primer día de trabajo?
¡Me temblaban las manos! Sentía que no sabía nada… por suerte me tuvieron paciencia y arranqué. Después de dos años me ofrecieron el puesto de Supervisora de Línea de Cajas y al ir rotando por las distintas Sucursales de Río Grande fui adquiriendo experiencia e involucrándome en las distintas tareas y sectores.¿Sentías que podías dar más?
Quería aprender sin esperar nada a cambio, pero es cierto que me gustan los desafíos. En 2007 de la mano de uno de mis jefes llegó la posibilidad de formarme como Gerente de Ventas y empecé el programa en Río Grande y Ushuaia. El simple hecho de que hubieran pensado en mí ya era un halago enorme. Guillermo Fossat depositó su confianza en mí y yo me comprometí a no desilusionarlo: tiempo después asumí en la entonces inaugurada Sucursal 37 como Gerente de Ventas.Y después de tres años, una nueva tarea: Gerentede la Sucursal 36.
Sí, fue un enorme reto: ¡con un equipo de 45 empleados! Creo que fue el momento más feliz en mi vida laboral. Y a los seis meses un nuevo destino: la Sucursal 37; y tiempo después, la Sucursal 35. Y desde abril de este año, ocupo la Gerencia de la Sucursal 74. Ante cada nueva propuesta yo siempre digo sí, siempre voy para adelante.¿Qué es lo más interesante de tu actual tarea?
La clave es el trabajo en equipo, porque sin ellos no podría hacer nada. Me gusta estar con la gente, dialogar, compartir, ponernos de acuerdo. Si no, no podríamos brindar un buen servicio.¿Cuál es tu balance de estos años?
Siento que a medida que se fueron dando mis progresos laborales también fui creciendo como persona. Disfruto de ver cómo La Anónima va creciendo conmigo, todo va de la mano. En todas las Sucursales encontré respeto y compañerismo.¿Qué le dirías a los jóvenes que ingresan?
Que La Anónima es una empresa familiar que les va a dar oportunidades siempre y cuando se propongan aprovecharlas.¿Estás contenta de haberte quedado en Río Grande?
¡Siempre digo que soy pingüina! Tengo mis raíces acá y no locambio por nada. ¡Hasta tengo la suerte de tener dos compañeras del jardín de infantes en La Anónima!