Ser parte de La Anónima

Leandro Taffarel
Comencé en La Anónima como cadete.
Te presentamos la historia de esfuerzo y de superación de Leandro Taffarel, actual Gerente de Ciudad de El Bolsón.
¿Cuándo llegaste a trabajar en La Anónima?
Empecé a trabajar en la Compañía en agosto en 1995. Fui contratado para cubrir el cargo de cadete en el área de Tesorería, en Dirección General. Antes de llegar a La Anónima trabajé como camillero de ambulancia, en kioscos de revistas y diarios, tuve un puesto de choripán, hice desayunos a domicilio e incluso tuve un criadero de perros.
¿Cómo fue que empezó tu carrera en la Compañía?
En 2002 la empresa toma la decisión de iniciar un Programa de Formación de Gerentes de Ventas. Ahí nos capacitaron durante siete meses en todas las áreas que comprende un supermercado. Mi primer destino como Gerente de Ventas fue la Sucursal 57 de Chivilcoy.
¿Cómo viviste esa experiencia?
Espectacular. La calidez de las personas con las que trabajé fue sumamente importante. Aprendí muchas cosas y, gracias a ellos, seguí creciendo como persona y como profesional. En 2004 me nombran Gerente y me trasladan a la provincia de Chubut para hacerme cargo de la Sucursal 104 de Sarmiento. En esa ciudad conocí a mi esposa, con la que tengo dos hijos: Lucas y Mirko.
¿Qué pasos vinieron después?
Después de dos años, me ofrecen participar en el armado de la Sucursal 160 de Las Heras, en la provincia de Santa Cruz. Allí participé en todo, desde la colocación del primer ladrillo. Luego, fui trasladado a Bariloche, donde trabajé durante nueve meses en la Sucursal 9 de Albarracín. Y finalmente, sale la posibilidad de pasar a ser Gerente de Ciudad en El Bolsón, donde tengo a cargo las sucursales 18 y 165.
¿Qué es para vos La Anónima?
En mi vida hay un antes y un después desde que llegué a La Anónima. Voy camino a cumplir 17 años trabajando para esta Compañía, y solo tengo palabras de agradecimiento para mis compañeros y los directores. Las oportunidades que yo tuve aquí, las tienen todos. Solo hay que esforzarse cada día por ser mejores. Esa es la clave.