Ser parte de La Anónima
Germán Arnedo
Con trabajo y responsabilidad, todo lo bueno llega.
Germán Arnedo, en apenas cuatro años, logró ascender de Jefe Administrativo de la Sucursal 90 de Santa Rosa a Gerente Administrativo Zonal de Caleta Olivia.
¿Cómo recordás tu ingreso a La Anónima?
Fue en 2004, cuando tenía 24 años. Estaba cerca de recibirme de contador en la Universidad en Santa Rosa, La Pampa, y había hecho varias pasantías hasta que di con un aviso clasificado en el diario para el área administrativa de La Anónima. Me presenté, logré pasar la preselección y así conseguí mi primer trabajo formal, como Jefe Administrativo de la Sucursal 90.
¿Cómo fueron esos primeros tiempos?
Fueron muy interesantes porque todos los días aprendía de mis superiores y de mis compañeros, además de que en poco tiempo pasé a ser asistente de la contadora que administraba todas las Sucursales de La Pampa. En inicios de 2006 me ofrecieron el traslado a Comodoro Rivadavia. Si bien el cargo era el mismo, la diferencia era que se trataba de la zona más grande y de mayor desarrollo de la Compañía, y el cambio significó un gran trampolín laboral.
Y después, Caleta Olivia...
Sí, en 2008 surgió la posibilidad de asumir toda la tarea administrativa de una zona nueva, y desde hace cinco años soy el Gerente Administrativo de la Zona Santa Cruz Norte, que abarca ocho sucursales.
Lo viví como un gran desafío personal porque tenía que armar todo un equipo nuevo de trabajo. En ese sentido, cinco años después puedo decir que estoy orgulloso de haber hecho una gran apuesta al equipo, capacitarlo y tenerlo siempre muy motivado.
¿Qué es lo más interesante de tu responsabilidad actual?
Tengo muy claro que solo no podría hacer nada, porque el gran desafío cotidiano es que junto a las 20 personas que están a mi cargo resolvamos, juntos, el trabajo en tiempo y forma. Con trabajo y responsabilidad, todo lo bueno llega.
¿Cuál es tu balance de estos ocho años?
Siento un profundo agradecimiento a los excelentes jefes que tuve en estos años, en lo profesional y en lo personal, porque depositaron su confianza en mí, me apoyaron siempre y no escatimaron sus conocimientos para ayudarme a crecer, y me dieron mucha seguridad. Ellos fueron generosos y ahora yo trato de hacer lo mismo: poner en común mis conocimientos, aprovechar las capacitaciones, darle participación a todos y tratar de que el equipo siga creciendo junto a La Anónima. Así todos estamos motivados y a medida que pasa el tiempo se ven los frutos.